Cuando brotan las glicinas
Todos
los años cuando brotan las glicinas de color malva nos atropella la sinrazón,
la barbaridad, la tristeza, la desesperación, la locura, el trastorno mental de
una semana calificada como santa alentada por la iglesia romana que carece de
sentido común y vulnera todos los principios científicos básicos.Un
hombre muerto es imposible que resucite al tercer día, esto lo sabemos todos,
aunque digan lo contrario los denominados textos sagrados, Roma, el Papa o el
sursuncorda. Y la mentira en forma de esperpénticos carruajes movidos por
acémilas humanas toma las calles públicas; las imágenes son dignas de una
película de terror: hay sangre, latigazos, coronas de espinas, gente oculta
debajo de máscaras y capirotes que recuerdan al Ku Klux Klan…pero señoras y
señores que ya estamos en el siglo XXI de la inteligencia artificial, que hemos
llegado a la luna, que hay Roberts humanos recogiendo muestras en la superficie
de Marte y las sondas Voyager 1 y 2 han alcanzado el espacio interestelar…Y
me responden: ¡lo hacemos sobre todo por el turismo y los pingües ingresos que
nos deja en nuestras avariciosas cajas! ¡es la manera que tenemos para
defendernos del islam! ¡son las ideas que exporta la fábrica vaticana! ¡es la
catequesis proveniente del depósito de la fe con que nos pretende atontar la
iglesia católica! ¡cállese hombre no ve que son las primeras vacaciones del
año, las terracitas y las cañas de cerveza!Pues
bien ojalá algún día alguien se atreva a ponerle coto a todo este desmadre,
para lo que habría que acabar en primer lugar con el título de estado concedido
por la comunidad internacional al Vaticano en un pan acuerdo mundial y a
continuación apretarle las tuercas a la iglesia católica y sus dislates como
ella las vino apretando a lo largo de la historia siempre que pudo, para que
deje de confundir las maleables cabezas de los más humildes y de los que se
ocupan de los trabajos más sacrificados y peligrosos que son los últimos
creyentes que les quedan…porque una sociedad libre de los cilicios mentales que
propone la religión católica y de todas las religiones en general, sería una
sociedad más sana, más científica, más veraz y cierta.Yo
no lo veré; pero algún día los humanos acabarán con esta insufrible semana
surrealista y la vida entonces será más luminosa y menos dolorosa…reflexionen:
mientras los que siembran la ceguera impunemente atendiendo a sus intereses
sigan incrustados en el tejido social los perjuicios que filtran son
incalculables…bien venido sea el partido político o la madurez de una sociedad
futura que le ponga límites a esta estafa que cada año nos deprime a todos sin
ningún tiempo de remordimiento inoculándonos el veneno de unas imágenes
terroríficas y el delirio de unas ideas contra natura…Por rslago.
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