Hurtarse, no estar allí en la
medida de lo imposible
no darse de abasto como el ganado
vacuno
que a diario sangran en los
mataderos frigoríficos.
Tienes mis letras, mi cabeza al
espeto digamos
déjame pues en mi tiempo de
pensar que regreso
al útero todavía vivo de mi
imaginativa madre biológica
o algo así de imposible que me
reste
a la insaciable vorágine de este
diablo mundo azul trepidante.
Quiero volver con la frente
marchita
al tiempo aquel en que las
palabras
todavía torpes, queridas,
heridas, sucias
no sabían explicar de mi ni la
cicatriz
que tengo tatuada sobre la ceja
derecha
al caer niño sobre la base de las
columnas del Tambre en las Morañas.
Hurtarse, guardarse, apartarse,
de los ojos
de la gente, los gatos, los
pájaros, los perros
los peces, el universo, tender a
no ser nada
una pasión inútil sin conchas
marinas en un lago de Marte.
Hurtarse, liberar tú ojo de mi abrumadora
presencia
para que te sea más fácil
encenderte con la primavera.
Hurtarse, robarse, necesitarse
ser entero de mi soledad y no ser
icono de la tuya…
Hurtarse, lamerse las heridas,
salvarse…
Miércoles 12/5/2021
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