llueven Etés
sobre los estólidos naranjos de la huerta
en el batiscafo
vuelvo a escribir lo que me desborda
mientras suena
Chaikosqui en la radio dos clásica
¡oh! la buena
música es capaz de templar a mi fiera
con la
trompetería de viento desatada y los metales
golpeados como
si los habitantes de otros mundo
hubiesen
llegados salpicados de lluvia a la Porriña
a villa Ramona
esperando la cercana primavera
que va a llegar
pronto, que tiene que llegar por oficio
en esta covida
atada de pies y manos, alterada, difícil
autista con la
gente desquiciada y las cuerdas sonando
y los políticos
desmontados por jueces en propiedad
de una excesiva
plaza de cordura en la sociedad
enferma que
rueda por el espacio dibujando elipsis
caen desde lo
alto luces sólidas de naves intergalácticas
llueven micro
Etés en el interior de gotas de agua
el presidente
de la Onu que todavía vuela en helicóptero
truena cerca
del roble centenario de en medio del lugar
pretende hablar
con los viajeros recién llegados
él es el
legítimo portavoz del planeta Tierra
y acostumbrado
al macro mundo no comprende
a los Etés en
el interior de las transparentes gotas de agua
me pregunta
dónde están las naves espaciales del inicio
y casi se
desmaya cuando le señalo el cubo de agua
donde a diario
beben los domésticos de estas coordenadas…
¡Oh Chaikosqui
es ahora el príncipe ruso del sonido
¡como le amo! y
el presidente de la Onu mojado como un mirlo
creo que no
está en condiciones de comprender por ahora
los micro Etés
imaginados por el escritor chino Cixiu Liu
y así nos va de
chungo con el formidable Imperio Galáctico.
Jueves 11 de
Febrero del año 2021
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