EL
SILENCIO DE LAS PLANTAS O UNA EXPLOSIÓN DE FURIA MÁS.
“Para ser rebelde tú, con un silencio te basta”. Manuel Cuña
Novás en el Poema Madrigal Adolescente.
No saben nada, son un millón de ignorantes instalados en
la cara oculta de la luna, cuando las oscuras golondrinas ya no vuelan; ¡la
madre de cemento y asfalto que los parió!, son todos iguales, monos absurdos
con las cabezas debajo del brazo ortopédico y su futuro y el de todos nosotros
lleno de excrementos de paloma mensajera…
¿Qué quieren que les diga?, es inexplicable, que todos
ellos estén apiñados precisamente ahí,
desterrados de sí mismos, para confundirlo todo sin ninguna responsabilidad y
seguir cambiándole los pañales a los cansados orangutanes de su circo o salón
literario…..
¡Fuera de mi vista: payasos, mamones, malas personas
pasadas de rosca con guantes de conducir vehículos caros o jugar al golf!
Mañana, como siempre, tendrán que ser depositados
físicamente en un banco, para ser solemnemente custodiados por las cajas
fuertes de las empresas de seguridad, aunque lo que de verdad quisieran ellos,
es que les measen en la jeta niñas de quince años, lolitas, al tiempo que
simulasen ahorcarlos con sus propias corbatas como espadas medievales...
Trato de describir la sensación de maldad prehistórica
que me está quedando en la boca después de visitar tanta página de goglee con
nombres de editoriales endogámicas saturadas de contenidos babeados. Un vacío
ya neutro se está propagando por la red como
una plaga de proporciones escalofriantes a una velocidad supra lumínica y ellos
se están metiendo sus estilográficas Mont Blanc por el ojo del culo, incapaces
de escribir una nota de prensa a la altura de las circunstancias...
“Te pisan el espíritu como caballos locos. Todo lo
confunden sin descanso y viven del cuento de unos cuantos aceptados por el
público soberano”, dice un escribidor agarrado a dos latas de comida de perro
desde debajo del puente de una autopista…Y añade: “si estás cansado de tanto
fraude , de tanta estupidez amanerada y podrida lo que no puedes hacer es
enviarles misivas por medio del correo electrónico, a ver si cambian y empiezan
a entender algo, un poquito, de lo que viven y alardean en las entrevistas
de de las revistas, ahora híbridas, como
si fuesen campeones olímpicos o comandantes de naves espaciales más seis o
siete luz…no lo hagas, porque ocupan torres de marfil inexpugnables a cualquier
talento…Es como si todos ellos, sabios sin fronteras, estuviesen unidos para
pedir el final de cualquier imaginación…”
Fuera de mí vista santones de la infelicidad avinagrada,
intermediarios obsoletos e inútiles, que en todo pretenden meterse con sus
pautas castrantes y sus delirios de grandeza, porque se creen los dueños de la
industria y se debe leer lo que deciden publicar sus ovarios y gónadas
oxidadas. Gente con el sentido común atrofiado que aún no ha comprendido la
esencia de los tiempos presentes, por mucho que anoten con sus contaminadas
plumas elegantes en sus agendas de piel de becerro el horario de sus comidas de
negocios y confraternización con sus juguetes rotos favoritos…
No te dejes contaminar por tanta tristeza lapidaria.
Apártate enseguida de sus asquerosas bitácoras y no les hagas ningún caso. Que
sigan, que sigan instalados en la cara oculta de la luna; por vez primera en la
historia moderna, gracias a la inquebrantable revolución informática, los
agentes literarios, los editores y otras faunas bien empesebradas: por ejemplo
los distribuidores recaderos o machacantes, ya no son necesarios. A salvo los
imprescindibles derechos de autor: los libros electrónicos y la impresión bajo
demanda abaratarán el esfuerzo intelectual. Escritores, lectores y el libre
mercado y todo lo demás sobra como los mazapanes en navidad, es lo que hay…Pero
sobre todo no te enfades demasiado, aprende del silencio de los fantásticos
vegetales y si puedes olvida este escaso código de veintiocho letras y calla
para siempre como un planeta vencido por el dióxido de carbono y por lo tanto
superado…pero no, levanta de tanto pesimismo y vuelve a elogiar el canto de los
pájaros en la paz del campo, después de una explosión de furia más, porque te
quieren tapar la boca con cinta americana y tú estás acostumbrado a charlar con
el rumor de los árboles después de la tempestad. Por R.S. Lago : Lunes
14-1-2019.
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